jueves, 29 de septiembre de 2011

Controlar el aula

Incluso los alumnos de 1º ESO, que son lo más pequeños y que tienen entre 12 y 13 años, les cuesta estar callados y en silencio Pero yo no me resigno e intento que sigan mis instrucciones. Para ello recurro, en primer lugar, a los castigos como, por ejemplo, un recreo entero sin salir a jugar. 

Pero después, uso una técnica que resulta mucho más eficaz: los últimos en sentarse y en tener todo listo para comenzar la clase, serían los últimos en salir al recreo pudiéndose retrasar el abandono del aula hasta en diez minutos.

Sin embargo, creo que uso demasiado el diálogo y el intentar convencerles de que debían comportarse bien y, al final, ellos seguían portándose mal.

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