Programa de reforzamiento intermitente: cuando un alumno trae los ejercicios hechos de casa, se le pone un positivo en el apartado actitudinal; pero, si no los trae, se le pone un negativo. Si este último hecho se repite varias veces, el alumno va tener una nota final más baja de lo que las pruebas escritas demuestren ya que la actitud tiene una ponderación del 20%.
En mi caso, tuve dos alumnos que, durante varios días, no trajeron las actividades de casa hechas y acumularon varios negativos. Para arreglar esta situación, empecé a pedirles los ejercicios durante unos días seguidos hasta que ellos mismos se dieron cuenta de que tenían que hacerlo si o si porque seguro se los iba a pedir en clase. Cuando fueron capaces de traerlos cuatro días seguidos, les puse cuatro positivos y, además, les quité dos negativos. Después se les pide de forma salteada y si hubieran reincidido en la desidia (que en mi caso no fue así), se les habría castigado a hacer los ejercicios en el recreo. En este caso, los reforzadores eran tener los positivos correspondientes a hacer los ejercicios más poder quitarse dos negativos que a la larga es como tener seis positivos en vez de cuatro. Además, al final del trimestre, cuando vieron cómo había influido su cambio de actitud en la nota final, esto también actuó como un reforzador.
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